El jugador argentino -capitán de la selección nacional de su país en la Copa Mundial de Qatar’22- cree que él lo que hace es trabajar el don que Dios le dio
Si no crees que Lionel Messi es el mejor jugador de fútbol de estos tiempos, al menos piensas que está entre los primeros cinco.
Por su estatura, mucha gente no confió en él, pero luego «La Pulga» demostraría su talento y destreza en la cancha.
En el 2018, el periodista argentino Sebastián Vignolo le preguntó que cómo hacía para llevar la pelota «pegada» al pie, a lo que Messi le respondió: «Ya era así desde chiquito. No hice nada. Fue Dios quien me hizo jugar así, quien me dio ese don, no tengo duda de eso. Él me eligió a mí. Obviamente yo después hice todo lo posible para intentar superarme y lograr poder triunfar. Pero, obviamente, sin la ayuda de él, no hubiese llegado a ningún lado», declaró para el programa de televisión Pasión por el Fútbol.
Es de las pocas veces que Messi (o algún jugador de ese nivel) ha hablado tan abiertamente de su fe o le atribuye a Dios sus destrezas y éxitos… Quizá tenga que ver con el hecho de que a los futbolistas de alto nivel les piden no hacer declaraciones ni políticas ni religiosas; o quizá es que, siendo él tan tímido, le gusta vivir su relación con Dios en privado.
Lo cierto es que estas declaraciones no pierden vigencia y es una lección muy bonita tanto para niños como adultos. Dios nos ha dado virtudes y dones a todos y, aunque a veces puede ser difícil identificar esos dones, una vez que lo hacemos, debemos trabajar en ellos y usarlos para glorificarlo.
Messi, además, lo ha hecho desde la humildad.
El mismo Papa Francisco ha dicho que a él «no se le han subido los humos a la cabeza» y lo ha descrito como un hombre sencillo.
Sin duda, el futbolista actúa desde el agradecimiento a Dios y ahora comparte su don no sólo con su fanaticada, sino también con sus hijos que ya también empiezan a interesarse en el fútbol.